Antes de quedar con Inga Verbeeck, fundadora de Ivy International, un servicio dematchmaking para VIPs, me puse a pensar en todos los métodos que había probado para buscar pareja y sexo. Me he dado de alta en todas las páginas de contactos que me permiten tener un perfil sin foto, para proteger mi intimidad, of course. Para compensarlo, siempre incluyo una descripción muy provocadora e irónica, con la esperanza de que alguien pille mi humor.
Por lo general solo hace falta estar conectada y no paran de llegar los mensajes de hombres. Leerlos todos y hacer la criba puede ocupar bastante tiempo. Pero, me pregunto: ¿cómo sería tener a una verdadera profesional que te conoce bien, y lo que buscas, para hacerlo? Cuando quedé con Inga Verbeeck confieso que yo no solo quería entrevistarla, sino que además deseaba probar el servicio para poder contar mis experiencias en primera persona. Esperaba que ella estuviera de acuerdo con mi propuesta.
Ivy International es una agencia de matchmaking VIP que opera en varios países. Se dedican a encontrar pareja para la crème de la crème. Con una suscripción que vale 10.000 euros, se puede deducir que sus miembros toman su vida sentimental muy en serio. Hace unos meses, abrieron en España y recientemente quedé con Inga en Barcelona y esto es lo que me contó:
B.E. ¿Crees que es más difícil encontrar pareja para los millonarios?
I.V. Creo que el amor es más complejo cuando tienes una vida compleja, y así es la vida de un millonario. El dinero puede ser algo bueno o malo. Aporta flexibilidad, por ejemplo, nuestros clientes están abiertos a tener una pareja que vive en otra ciudad o en otro país y no tienen tantas barreras como las personas ‘normales’. Sin embargo, al mismo tiempo no se pueden subestimar las implicaciones del dinero en la vida de alguien o en la interacción social. Por ejemplo, uno puede llegar a preguntarse : «¿me quieren por mí o por por mi dinero?». En Ivy International, procuramos conocer a la persona detrás de la imagen.
B.E. ¿Qué tipo de perfiles tienen vuestros clientes?
I.V. Tenemos una gran variedad de clientes, desde artistas, celebridades, cirujanos, emprendedores de sectores diversos. Muchos de nuestros clientes tienen un background internacional, porque han estudiado o vivido en el extranjero, y tienen una mentalidad internacional. Lo que tienen en común es: mucho éxito en sus vidas profesionales, están económicamente cómodos y comparten el objetivo de encontrar alguien especial.
B.E. La compatibilidad sexual es muy importante en una relación, sobre todo al principio. ¿Lo tenéis en cuenta en el proceso de ‘matchmaking’?
I.V. Por supuesto que es un factor muy importante, aunque es muy difícil de analizar o predecir. Nosotros procuramos entender la pasiones, la energía y el comportamiento de nuestros clientes para hacer un encuentro basado en las energías, cosa que creo que es fundamental para la compatibilidad sexual.
B.E. ¿Cómo ves el mercado español comparado con otros países donde operáis?
I.V. Según nuestra experiencia, los países del sur de Europa, son bastante abiertos hacia el concepto de nuestro negocio. Nos encanta trabajar con los españoles porque son apasionados y calurosos.
Durante nuestro encuentro, descubrí que Inga es mucho más que una emprendedora; es una romántica que realmente cree en el amor. Me explicó que lo que más le satisface es cuando recibe mensajes de sus clientes que ya se han dado de baja porque han encontrado el amor, gracias a Ivy Internacional. Aunque no busco una relación, y menos un compromiso, no puedo negar que el mero hecho de pensar que podría existir una persona escogida por un profesional, con los mismos intereses que yo, y que me entienda, sin duda, es atractivo.
Antes de despedirnos, aproveché para comentarle mis propias experiencias y obstáculos a la hora de buscar pareja. Le dije que si conocía a algún hombre de mentalidad internacional, horario flexible, pasión por la naturaleza, senderismo y sobre todo por el veganismo, de tenerme en mente. Aunque soy consciente que sería imposible encontrar un hombre así.
Anteayer, recibí una llamada de Inga. «¿Todavía estás buscando pareja?», me preguntó. Dije que «sí», aunque todavía no lo tengo claro. Me habló de un norteamericano emprendedor, divorciado, sin hijos, que es apasionado por la nutrición y el deporte. Todo me pareció fantástico hasta que me contó que no era vegano. Supongo que nadie es perfecto, ¡ni siquiera la crème de la crème! Esta vez, decidí hacer una concesión con mis exigencias y le dije que me interesaba.
Ya os iré informando.
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